Llega el momento
En que las palabras dejan de existir
Y un hola vale tanto como un adiós.
Llega el momento
Cuando una sonrisa
vale tanto como un insulto.
Llega el momento de la noche
En que tus pupilas ven tanto como tu pecho
Y tu cerebro piensa tanto como tu corazón
La sinergia de tus sentidos te reclama
por el cambio brusco que a tu cuerpo
hace tiempos destrozo.
Las palabras, las vocales, las letras,
recorren tu cuerpo en círculos,
viajan en manadas solitarias
intentando conjugar pensamientos.
Llega el momento
De cerrar tus puertas
y dejar que tu alma incandescente desfallezca.
martes, 8 de abril de 2008
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