un parpado cerrando lentamnete el ojo derecho imitando lo que su contraparte el izquierdo hace mientras la cabeza es bajada lentamente para mirar el piso, los zapatos, los tuyos o los mios, la losas o los recuerdos o deseos, y una mirada que cree aun ver los rostros de los presentes,
unas palabras que nunca fueron las que quisieron salir, una puerta que era la que no se cerro mas que para los ojos de todo el mundo, de todos los demas, una despedida sobria, contrastando el nivel de embriaguez por haber consumido tanto ser del otro. Unas palabras que nunca salieron de la boca, unas bocas que nunca unieron boca con boca, unas bocas erosionadas por las estaciones y los que han estacionado, marcado e ido. Unas palabras que quieren brotar, que parecen a veces brotar.
Y unas voces con la sola intencion de acariciar los oidos, de tocar los timpanos y hacerle leves cosquillas como una pluma que la rozara lentamente, amablemente. Roce Rozando lo tosco por su naturaleza.
Plumas ondeadas con torpeza por el miedo del paso en falso. Plumas fragiles y en desuso por el miedo a tirarse del precipicio.
Plumas que servirian, serviran para volar.
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